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El palacio de Liechtenstein, en Viena


Es una joya del barroco vienés, edificado en el S. XVIII por Juan Adán Andrés de Liechtenstein, un antepasado de los actuales príncipes. Lo decoró con frescos italianos de Marcantonio Franceschini, murales pintados por Johann Michael Rottmayr y Andrés Pozzo realizó el techo de la sala Hércules de 600 metros cuadrados,
El principado de Liechtenstein fue creado en 1719 por Carlos VI, pero, como estaban muy unidos al imperio austro-húngaro, tenían numerosas residencias en Austria, Bohemia y Moravia. Al ser demolida una de las viviendas de Viena, trasladaron toda su biblioteca y mobiliario al actual museo.

Durante la 2ª Guerra Mundial, los objetos artísticos fueron enviados a Vaduz, capital del principado, cayendo en deterioro el palacio.
En 2001 empezó su restauración, se habilitaron salas como pinacoteca y se abrió al público en el 2004, aunque continuaban las obras de restauración. Famosos cuadros de pintores italianos, alemanes, holandeses… se exhiben en todo su esplendor. Y junto con los cuadros se pueden admirar magníficos muebles y abundantes esculturas.
En los jardines del Palacio de Liechtenstein
El palacio está rodeado por extensos jardines de diseño clásico, con un parque infantil que hace las delicias de mayores y pequeños.
A principios del 2012, dejó de funcionar como museo en la forma habitual.
Actualmente, totalmente restaurado, se puede visitar, mediante cita previa, donde se realizan visitas guiadas de las colecciones del museo, reservadas de antemano.
Es un palacio muy artístico y pasear por sus jardines es un deleite para los sentidos.
Aunque un poco apartado del centro es un palacio digno de ver y el paseo por sus jardines no se puede omitir.
Aquí podéis ver un vídeo sobre su reciente restauración, está en alemán, pero las imágenes te dejan apreciar el volumen de la obra, e incluso detalles de la decoración...

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