Aterrizamos a las 15 horas del jueves y teníamos menos de 3 días para conocer Viena, ya que el avión de vuelta salía el domingo también a esa hora.
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Foto de grupo en las escaleras del Belvedere |
El grupo, aunque dispar, transmitió muy buen ambiente, nos integrarnos todos fenomenal, nos reímos y compartimos a gusto muy buenos momentos.
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Palacio de Schönbrunn |
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fotografiando la Hundertwasserhaus |
Ya que hacía buen tiempo, pudimos disfrutar de las vistas desde
la Noria de Viena, Wienerriesenrad, situada en el Prater, un parque de atracciones
entrañable, donde las visitantes más valientes, subieron también
al columpio-tornillo, que da vértigo ya solo viéndolo desde el suelo.
Paseamos por el centro histórico
y por los alrededores, disfrutamos de la estampa nocturna de la Plaza del
Ayuntamiento, das Rathausplatz, con la pista de hielo y la gente patinando o
tomando algo en los puestos de alrededor, hemos picado en alguna de
las famosas pastelerías, de esas que parecen museos.

El toque exótico lo tuvimos en el
Naschmarkt donde pudimos ver y degustar la comida de
otras culturas que allí presentan de una forma muy apetitosa.
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Tandem con austriacos estudiantes de español |
Respecto a la forma de movernos de un
sitio a otro, siempre con la red de transporte público de la ciudad,
tren de cercanías, metro, tranvía, autobús urbano, un minibús, que completamos todo nosotros, e
incluso subimos a un tren de dos pisos, solo nos quedó por probar el coche de caballos,
que, aunque sí los vimos pasar, el precio no estaba incluido en nuestra
tarjeta de transporte ;D
El agotamiento del ritmo diario y la
copiosidad de las cenas hacía que no tuviéramos fuerzas para salidas
nocturnas, pero finalmente un reducido grupo de valientes se animó
a hacer turismo en la Viena de noche, cosa que no nos decepcionó.
Primero, porque estaba allí mismo, un Tapas-Bar con música latina en directo, y ya después la inmersión a la noche vienesa, donde aunque teníamos un punto de partida, “el Triángulo de las Bermudas”, no necesitamos más para perdernos entre los antros de la noche, gente agradable, con ganas de bailar y divertirse, y que nos contestaba con gusto a los distintos “retos” que nos pusimos para practicar con ellos nuestro alemán, pasamos la noche en el Roter Angel y los locales de alrededor, muy buen ambiente y paseo nocturno final en el Distrito 1.
En resumen, este ha sido un viaje completo a esta ciudad imperial. Se quedan nuestros recuerdos en nuestras mentes y las imágenes en las miles de fotos que hemos hecho. Solo podemos decir... Fantastisch!!
Primero, porque estaba allí mismo, un Tapas-Bar con música latina en directo, y ya después la inmersión a la noche vienesa, donde aunque teníamos un punto de partida, “el Triángulo de las Bermudas”, no necesitamos más para perdernos entre los antros de la noche, gente agradable, con ganas de bailar y divertirse, y que nos contestaba con gusto a los distintos “retos” que nos pusimos para practicar con ellos nuestro alemán, pasamos la noche en el Roter Angel y los locales de alrededor, muy buen ambiente y paseo nocturno final en el Distrito 1.

Super schön! y q organización!!! en fin, yo me quedé con las ganas de ir al viaje, pero por lo q me dicen, no me lo perderé!!! Wann ist die nächte Reise?? jajaja btty
ResponderEliminar¡Qué barbaridad¡ ¡Qué viaje tan fantástico¡ Viena es maravillosa ¿verdad?
ResponderEliminarVale la pena haber aprovechado estos días, a tope, para disfrutar de la ciudad.
Con esta buena organización, pronto tendréis mucha demanda para visitar Viena.
ResponderEliminar¡Que gran viaje! ¡y que buena guía!
ResponderEliminarMuchas gracias porla organización, si no no hubiera sido posible aprovechar tanto el tiempo.
¡Espero volvernos a ver por Viena!