Situado en el distrito 2 de la ciudad, (Leopoldstadt), es uno de los parques más populares y conocidos de la ciuad de Viena. Uno de sus elementos más característicos es la Noria gigante que desde el año 1897 permite contemplar la ciudad desde el aire. Sus 15 cabinas rojas han sido escenario de varias películas y al ser lento su ascenso, se puede disfrutar del paisaje desde todos los ángulos.
Actualmente allí se celebran todo tipo de eventos en sus dos cabinas de lujo. También hay cuatro que se pueden alquilar incluso con servicio de catering para las personas que quieran deleitarse con una comida mientras ascienden hacia lo alto.
Con una altura de 65 m. y una velocidad de casi 3 km/h, la noria fue construida para celebrar los 50 años del reinado de Francisco José I. Fue diseñada por el inglés Walter Bassett. Constaba de 30 cabinas, pero en 1944, durante la 2ª Guerra Mundial, aunque no fue desmontada, sufrió un incendio que la deterioró. Después se repusieron 15, que son las actuales.
Aunque la noria es una de las atracciones más populares, el parque ofrece además, 250 atracciones de entretenimiento y ocio para todos los gustos.
En el Prater, para el público infantil hay marionetas, tiovivos, tren fantasma.... toda clase de elementos que les encantará.
Al ser tan extenso, se pueden encontrar distintas zonas, según las actividades preferidas.
El Prater verde, compuesto de bosques y prados era, en 1560, el antiguo coto de caza imperial del emperador Maximiliano II, pero en 1766 José II dejó el Prater libre, para el entretenimiento de todos los públicos, y se permitió entonces el establecimiento de locales de venta de café y el deporte de la caza, que se prohibió después en 1920.
En la actualidad, es una zona ideal para pasear, hacer deporte, como el ciclismo y la equitación, disponiendo también de completos parques infantiles, pistas de tenis, baloncesto, patinaje... en resumen todo lo que desees para disfrutar y divertirte. Y si no te quieres cansar, puedes hacer el recorrido en el Tren de Liliput.
Tampoco podemos olvidar los distintos restaurantes y chiringuitos que ofrecen toda variedad de delicias culinarias.
El Prater es más que un parque, porque tiene todas las características de un parque de atracciones y al mismo tiempo un entorno ideal para el sosiego y la tranquilidad en un entorno natural apto para cualquier actividad lúdica.
Ah, y antes de montar en la noria, hay un museo, donde se puede ver toda la historia, mediante maquetas y figuras.
¡No os lo perdáis! Vale la pena.
El tornillo. Una de las atracciones del Prater
Me encanta la noria y todo el parque en general
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