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PALACIO DE LA ALJAFERÍA DE ZARAGOZA

PALACIO DE LA ALJAFERÍA DE ZARAGOZA

Es un palacio fortificado mandado construir por el rey Abú Yaáfar al Muqtádir en el S. XI para recreo y esparcimiento de los reyes hudíes, donde se manifiestan el lujo y el esplendor de los reinos de Taifas, época intermedia, antes de la llegada de los almorávides.
En su máximo apogeo cultural y social es una de las muestras que se conserva del arte hispanomusulmán de la época de los Taifas, ya que la Mezquita de Córdoba (S.X) y la Alhambra de Granada (S.XIV) son de la época califal en el Al-Andalus.

HISTORIA

Cuando Alfonso I el Batallador conquistó Zaragoza, en 1118 se convirtió en la sede de los reyes de Aragón difundiendo, desde aquí, el arte mudéjar aragonés.

Entre los años 1319 y 1387, fue la residencia de Pedro IV el Ceremonioso y más tarde se hicieron las reformas para la estancia de los Reyes Católicos.

En 1593 se convirtió en fortaleza militar mediante diseños renacentistas con foso, y jardines.
Hubo reformas continuas y sufrió grandes desperfectos en la Guerra de la Independencia, con los Sitios de Zaragoza, hasta que fue restaurado en el S.XX y donde hoy tienen lugar los diversos actos de las Cortes de Aragón.
Al principio se hizo fuera de la muralla, en un lugar llamado La Almozara, donde los musulmanes ejercían sus prácticas militares, pero al expandirse la ciudad ha quedado dentro de ella, con un entorno ajardinado precioso.

PARTES DEL PALACIO

La Torre del Trovador. Es la edificación más antigua con cinco plantas. Ha sido principalmente de defensa. Ya que en los Siglos IX y X era la torre vigía. En 1483 se convirtió en torre-prisión del calabozo de la Inquisición, como se demuestra con los dibujos y rayujones de los reos.

El palacio taifa, construido entre 1065 y 1081, ordenado por Al-Muqtadir (el Poderoso) que llamó al palacio Quasr al-surur (Palacio de la Alegría) con el Salón dorado, donde recibía a embajadores y celebraba recepciones.
Aunque se han perdido muchos ornamentos, los restos conservados en museos reflejan el lujo de aquel salón.
A la entrada, en el extremo oriental hay una mezquita , como oratorio para uso del monarca y sus cortesanos, inspirada en la de Córdoba, imitando el arte almorávide y nazarí.

El Patio de Santa Isabel. Un espacio abierto que unificaba todo el palacio taifal. Es un recuerdo de la infanta Isabel de Aragón, nacida en este palacio y más tarde reina de Portugal en 1282.

Aunque ha pasado por varias reformas, se ha conservado la alberca original del sur. La restauración en el S. XIV quiso recuperar el esplendor original, instalando placas de mármol rodeando el jardín de naranjos y flores.

 El palacio de Pedro IV el Ceremonioso. Después de haber sido sede de los reyes de Aragón y como iglesia, hasta el siglo IV con Pedro el ceremonioso no se restauró del todo. Al ser una ampliación del palacio musulmán, este rey quiso las habitaciones y salones más amplios porque le parecían pequeñas para su uso.

El palacio de los Reyes Católicos. En la última década del S.XV, construyen otro palacio para su uso personal sobre el ala norte del edificio andalusí. Con una amplia escalera y el techo alternan el yugo y las flechas con recuadros de decoración precursora del renacimiento

En esta época se destina como lugar del Santo Oficio de la Inquisición la zona se San Martín y se cree que la Torre del Trovador se utilizó como prisión.

Debido a las sucesivas guerras españolas del siglo XVIII, el palacio se fue deteriorando y no fue hasta 1984 que el Ayuntamiento de Zaragoza, después de su restauración, lo cedió para las Cortes de Aragón y en 1998 fue inaugurado , como monumento histórico-artístico.

Es un palacio precioso y vale la pena visitarlo, siempre que no se coincida con los plenos de las Cortes de Aragón, porque entonces no permiten visitas.

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