Ir al contenido principal

El Teatro de la Ópera en Viena, Wiener Staatsoper

¿Quién dice que la Ópera en Viena es cara? Sólo hay que saber buscar, planificar y esperar el momento o, lo más importante, dejarse aconsejar…

Visitar el Teatro de la Ópera en Viena siempre es un acontecimiento que celebrar, ya que todo acompaña, un entorno majestuoso, donde ya sólo el magnífico edificio te "minimiza" a la vez que te hace abrir los ojos al máximo, unas escalinatas impresionantes custodiadas por las estatuas de las nueve musas, ese vestíbulo fastuoso, las pinturas al fresco, los palcos,…,  estancias a su vez coronadas con unas lámparas cuya envergadura va más allá de nuestra vista. Todo un entorno de lujo y exquisitez, que, realmente está a nuestro alcance.
Foto de entrada a la Ópera de Viena
He encontrado el ticket de la última vez que tuve la suerte
de acudir, data del 6 de enero de 2011, “El Barbero de Sevilla”, un bonito regalo de reyes, que, como se puede ver, su precio fue, en este caso, de 11€. Estaba reservado con antelación, claro.


Vista de la Ópera Estatal de  noche.  Fuente: Wikipedia


El edificio original se construyó a finales del siglo XIX entre violentas polémicas, lamentablemente ninguno de sus dos arquitectos estaba vivo para ver el Don Giovanni de su inauguración. En 1945 los bombardeos lo destruyeron casi totalmente y luego fue reconstruido y ya equipado con los medios técnicos más modernos y sofisticados. Eso es lo que ahora nos encontramos cuando vamos a visitarlo.

Dice la historia que Eduard van der Nüll, uno de los arquitectos de la  Ópera de Viena, se suicidó a causa de la crítica negativa del emperador Francisco José hacia este edificio, este, desde entonces, y consciente de la influencia de su opinión, siempre pronunciaba la misma frase:  "Es war sehr schön, es hat mich sehr gefreut" ( Es muy bonito, me encanta). Esta frase, desde entonces se dice mucho en Austria para dar opinión, es lema de distintos colectivos y está impresa en muchos sitios.

Respecto a la indumentaria, ni que decir tiene, que en este siglo XXI, a la Ópera de Viena mos podemos vestir como queramos, allí nos encontraremos desde mujeres en traje de noche, palabras de honor engarzados con brillantes y tocados en la cabeza, hombres de esmoquin, o traje chaqueta con relativa clase, hasta un grupo de turistas del Japón con sus gorras y calzado deportivo, no importa, todo vale, sólo depende de cómo te sientes tú cuando acudes a este espectáculo.
Un consejo, en el descanso, puedes subir al salón de té, conocerlo y, si te apetece,  tomar un tentempié, pero allí, cuidadito con los precios, porque … ¡eso sí duele un poquillo! 
Algo que puede llamar la atención es que los asistentes a la ópera, a la salida suelen comerse una salchicha en el puesto de la esquina.
(Belén)





Comentarios

  1. Grüße aus Wien!!!

    Susanne und die Gruppe von Mingo

    ResponderEliminar
  2. Danke! Grüße auch aus Spanien!!!
    Wie gefällt euch unseren Blog?. Hier könnt Ihr eure Meinung abgeben...

    ResponderEliminar
  3. Hola!
    Gracias por tu post! Ire este fin de semana a la opera de Viena y tengo un gran conflicto cn la vestimenta! Voy a ver Rigoletto, podrias aconsejarme? Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡¡Hola!! qué suerte tienes que puedes ir a ver Rigoletto, ¡están agotadas las entradas! es que como casi siempre en la ópera hay que planearlo con tiempo. No tienes que tener ese conflicto con la vestimenta, es cierto que la gente se arregla mucho para estos eventos, pero eso es una decisión personal, quizás sí que conviene llevar un cierto decoro básico, pero yo creo que si te sientes cómoda y guapa con lo que llevas no necesitas más, cada persona a su nivel... yo la última vez que fui llevaba unas mallas negras con botas y un jersey de lana (muy mono, eso sí), atuendo que llevo cualquier día. Ni lentejuelas ni vestido brillante, ni tocados, ni zapatitos de tacón y no pasó nada... lo importante es que lo disfrutes. Ya sabes que si quieres, ¡¡nos lo cuentas aquí o en el Facebook!! ¡¡nos encantará conocer tu experiencia!! -gracias por escribir... y Viel Spaß!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Aquí somos, allí son... el carácter austriaco

Y a sabemos que generalizar no es bueno. No podemos decir que en Cataluña todas las personas son tacañas, que Andalucía siempre están de fiesta o que todos los españoles son bajitos. Y tampoco que en Viena están siempre de mal humor...  Pero lo que yo sí puedo asegurar como profesora es que... ¡estos temas polémicos son fantásticos para la clase de español! Tomémoslo entonces como lo que son, textos escritos por estudiantes con motivación de aprender - y sin ánimo de ofender... Estefanía, docente en  elebe Sobre ello escribe Roland (curso de conversación de elebe):      Entre cosas como la historia o la composición de la población también el carácter del paisaje define el carácter de la población. Es una diferencia enorme si vives en un valle aislado en Tirol o Vorarlberg o en una ciudad de casi dos millones de habitantes como Viena. Se podría decir que la capital es demasiado grande para el país. Pero esto es una consecuencia de la desmembración del Imperio austrohú

El Café Central de Viena. Un café con historia

Entrada . Foto @Café Central   Uno de los cafés más emblemáticos de Viena es el famoso Café Central que antaño, reunía en su local a las mentes más preclaras del arte, la política y la literatura, como Freud, Trotsky, Klimt... Stewan Zweig fue uno de los asiduos, aunque no tan conocido como otros, sin embargo, en su exilio, lo que más  recordaba eran las tertulias del café, las lecturas de los periódicos de medio mundo y las revistas literarias y artísticas que se ofrecían gratis a los clientes. El café Central se inauguró en 1860, convirtiéndose en el lugar de encuentro de los intelectuales de la época. Foto @Café Central Está situado en la planta baja del palacio Ferstel , un edificio de estilo neorrenacentista, en el distrito 1. El interior presenta el tono amarillento, simulando el color que podría tener el local debido a la emisión de humos de la gran cantidad de cigarrillos, puros y pipas que allí se consumían. Sus lámparas, sofás y retratos son un refle