Viena nos ha sorprendido por la cantidad de plazas arboladas y de parques que se abren a lo largo de sus calles y donde hemos pasado unas tardes estupendas.
Lo mejor de todo, desde el punto de vista de una mamá española, es la limpieza. Es increíble que los niños vayan descalzos en los parques. Todo el mundo respeta los espacios habilitados para ellos.
- Lo que merece un aplauso es que los perros tienen sus zonas valladas, en las que les han habilitado fuentes para beber y bañarse, arena, casetas, troncos de madera para que salten y jueguen, con sus zonas de sol y de sombra, incluso bancos donde sus dueños conversan tranquilamente. Pero lo más inteligente, es que para acceder un perro a su zona, no necesita atravesar el parque de los niños, porque la puerta tiene acceso directo desde la calle.
Los parques tienen las zonas delimitadas con vallas según la edad de los niños a los que están destinadas las instalaciones, de manera que los más pequeños no son arrollados por los mayores. También las zonas de juegos de pelota y de ping-pong se separan para no molestar a nadie ni los jugadores entre sí.
Los toboganes, balancines y demás atracciones son de madera, recubiertos de material amortiguador de golpes y el suelo lo recubren de cortezas de árboles que cambian cada poco tiempo para que siempre estén limpio. El olor de estos parques es como estar en medio de un bosque, se puede estar a cinco minutos del centro y, sin embargo, no oír ni un solo coche, viendo a tu alrededor árboles enormes, plantas frondosas, jardines con flores y niños descalzos en bañador. ¿Puede una ciudad ofrecer mejor calidad de vida?
Susana vino este verano de vacaciones con sus hijos y nos escribe contando sus experiencias, ¡GRACIAS!
- ¿Sabías qué ..? Se dice que Viena tiene una proporción de zona verde del 51% respecto al total de su superficie, lo que, con una población de menos de 2 millones de habitantes, correspondería a 120 metros cuadrados por habitante. ¿Será eso cierto?...
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